Larramendi bidea: Maitatu, ulertu, hobetu.
Gauzak egiteko beste modu bat
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En esta etapa vivimos la acción y el conocimiento en el día a día porque los significados no se construyen individualmente, sino en grupo y dialógicamente. En las aulas, además de alumnos y profesores, hay voluntarios, familiares y alumnos en prácticas para dar seguimiento al proyecto. Fuera de las aulas, también realizamos colaboraciones e intercambios de experiencias con otras entidades del barrio, fuente de nuestra riqueza. Así, en base a un aprendizaje dialógico, garantizamos las condiciones para conseguir una educación de calidad para todo el alumnado.
Vamos construyendo vínculos entre nosotros curso a curso y en esto nos ayuda mucho la dinámica Lagun txiki - Lagun handi. Allí se reúnen alumnos de diferentes ciclos para llevar a cabo diferentes actividades. Así, los pequeños aprenden mucho con los mayores, tanto en los contenidos como en las relaciones, al mismo tiempo que los grandes refuerzan sus competencias con los pequeños, aumentando la complicidad entre dos generaciones.
Pasamos mucho tiempo en la escuela, por lo que se dan muchas situaciones diferentes en nuestro día a día. Para su gestión, se van aprendiendo y aplicando diferentes recursos por curso/año. Es imprescindible encauzar pacíficamente todas las situaciones. Para ello utilizamos el rincón del consenso. Aquí, los alumnos de forma autónoma, siguiendo los pasos y estrategias que previamente han aprendido, tratan de encauzar los conflictos a través de conversaciones y empatizando entre ellos.
El aprendizaje tiene sentido solo en relación a los retos y competencias del siglo XXI. Por ello, nos apoyamos en el sistema PBL, acercando al alumnado de cada ciclo a situaciones cotidianas, temáticas y problemas reales, garantizando situaciones significativas de aprendizaje.
Es imprescindible que el alumnado sea capaz de transferir a la vida cotidiana los aprendizajes adquiridos y las competencias desarrolladas, llegando a ser una persona autónoma y crítica.
En los proyectos, el profesorado acompañará, guiará y asesorará al alumnado, atendiendo en todo momento sus características y necesidades individuales específicas.
En el proceso de enseñanza-aprendizaje, el trabajo en equipo y el trabajo individual tienen su lugar. Para garantizar buenos resultados en ambos, se da especial importancia a la autonomía y organización. El trabajo en equipo ayudará a compartir las potencialidades de las personas y a vivir ellas mismas la necesidad mutua. Asimismo, el trabajo individual es imprescindible para asimilar, consolidar y hacer suyo lo trabajado en grupo.
Como en otras etapas, el alumnado desarrolla habilidades que le permiten seguir aprendiendo a lo largo de su vida.
Los contenidos se adquieren afrontando los retos y en este proceso la evaluación formativa es imprescindible. Como el alumnado es protagonista de su propio proceso de aprendizaje, debe saber en todo momento qué y cómo aprende. La realización de heteroevaluaciones, coevaluaciones y autoevaluaciones con el alumnado les permite identificar y reflexionar sobre sus necesidades y fortalezas.
Para empoderar al alumnado en su conjunto, el equipo docente realiza un seguimiento individualizado y continuo. Con la posibilidad de observar tanto en grupo grande como pequeño y en el trabajo individual.
La relación entre la familia y la escuela, responsables básicos de la educación primaria, juega un papel fundamental en el desarrollo del alumno. Por ello, la comunicación en torno a lo personal, social y académico del niño es constante.
